Puede parecer lógico pensar que entrenar en ayunas puede hacernos perder más grasa, por ingerir menos alimentos y gastar más energía. Cada día es más frecuente encontrar a gente (incluso deportistas) haciéndolo con ese fin.

La realidad es muy distinta. De hecho, entrenar en ayunas no es lo mismo que entrenar «vacío». Entrenar vacío significa que realizamos el entrenamiento sin reservas energéticas musculares (la energía rápida). Entrenar «en ayunas», en cambio, significa que no comemos nada desde que nos levantamos, cenemos 5 platos de arroz o simplemente una ensalada de tomate.

Entrenar «vacío» es lo realmente grave por los motivos que enumeramos a continuación:

1- No nos permite dar el máximo en los entrenamientos, dificultando se ese modo que ocurran las adaptaciones que se buscan, ya sean de rendimiento o de pérdida de grasa.

2- La fatiga aparece mucho antes y el daño muscular es mayor, aumentando el riesgo de lesiones o dificultando la rehabilitación.

3- Ante la baja disponibilidad energética, la concentración mental es menor, perjudicando el trabajo técnico del entrenamiento.

4- Nadie mejor que un/a profesional sabe lo que necesitas y cómo lo necesitas.

En AMMMA te ayudaremos a lograr tus objetivos, ya sea ayunando o desayunando.

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