En Semana Santa, muchos aprovechan para desconectar, frenar un poco el ritmo y descansar. Y en realidad, hacerlo bien puede ser una de las mejores cosas que puedes hacer por tu cuerpo.
El descanso no es lo opuesto al entrenamiento. Es parte de él. Y entender esto puede marcar la diferencia en cómo progresas, cómo te recuperas y cómo te sientes entrenando.
5 claves sobre el descanso y el rendimiento:
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El descanso también entrena. Es en el descanso donde el cuerpo se adapta al esfuerzo: reconstruye fibras, recupera el sistema nervioso y consolida lo aprendido.
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Dormir bien es entrenar mejor. Un buen sueño mejora la coordinación, la fuerza, la capacidad de aprendizaje y el estado de ánimo.
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No descansar no te hace avanzar más. Entrenar cansado puede llevar a sobrecarga, estancamiento o lesión. Más no es mejor.
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El descanso no es solo dormir. Caminar suave, moverse sin impacto, estirar, respirar, cambiar de entorno… todo ayuda a desconectar de verdad.
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Cada persona necesita un tipo de descanso. No todos recuperamos igual. Escucha tu cuerpo. Y si toca parar, para. Eso también es entrenar.