En Ammma, estamos comprometidos con la salud y el bienestar de nuestros pacientes en cada etapa de su vida. Por ello, hemos creado una nueva Unidad de Rehabilitación Oncológica, diseñada para acompañar y apoyar a las personas que enfrentan un proceso oncológico.

El ejercicio como base terapéutica

La rehabilitación oncológica se centra en el ejercicio terapéutico supervisado, un aliado fundamental para mejorar aspectos clave como:

  • La capacidad funcional.
  • La fuerza y masa muscular.
  • El consumo de oxígeno.

Estos factores contribuyen significativamente a la calidad de vida del paciente, ayudándole a afrontar cada etapa del proceso oncológico con mayor fortaleza física y mental.

¿Cuándo empezar?

La respuesta es sencilla: cuanto antes. El programa de rehabilitación oncológica puede comenzar desde el diagnóstico inicial y extenderse a lo largo de todo el proceso:

  1. Fase de preparación: Antes de una cirugía, el ejercicio ayuda a preparar el cuerpo para una mejor recuperación.
  2. Fase de tratamiento: Durante la quimioterapia, radioterapia o tras una intervención quirúrgica, el ejercicio mejora la capacidad funcional y reduce los efectos secundarios.
  3. Fase de seguimiento: Mantener una vida activa tras el tratamiento es clave para prevenir recaídas y mejorar la salud a largo plazo.

Enfoque personalizado

Cada programa es diseñado y supervisado por profesionales en un centro adaptado a las necesidades específicas de los pacientes. Comenzamos con una valoración exhaustiva para entender las circunstancias individuales, asegurando que el tratamiento sea efectivo, seguro y personalizado.

La evidencia científica respalda los múltiples beneficios del ejercicio en todas las etapas del cáncer, no solo a nivel físico, sino también en el ámbito psicológico y emocional.

En Ammma, queremos que nuestros pacientes se sientan acompañados en cada paso del camino. Si deseas más información sobre nuestra Unidad de Rehabilitación Oncológica, no dudes en contactarnos.