Practicar actividad física con regularidad tiene efectos positivos a muchos niveles del organismo. Desde un punto de vista corporal, produce beneficios en el sistema cardiovascular, en el aparato musculo-esquelético, a nivel metabólico y a nivel mental, entre otros. Desde un punto de vista de intervención, puede usarse como una herramienta preventiva primaria, que evita la aparición de enfermedades, preventiva secundaria, que evita la progresión o las complicaciones de una enfermedad que ya ha aparecido, o como una herramienta terapéutica, que revierte, mejora o soluciona enfermedades que las personas ya están padeciendo.

El hecho de que la actividad física actúe a tantos niveles diferentes hace que, hablar de mejoría en salud se “quede corto”. Cuando hacemos deporte se produce una mejoría a un nivel más profundo, más significativo: Mejora nuestro bienestar, algo que es difícil de definir con palabras, o de medir con números, pero que nos conduce a una vida más satisfactoria, a sentirnos mejor, y más plenos.

A continuación, mencionamos algunos beneficios que aporta la actividad física en nuestro organismo:

SISTEMA CARDIOVASCULAR:

La actividad física regular (cinco días a la semana durante media hora, o tres días a la semana durante una hora, por ejemplo) reduce el riesgo de eventos cardiovasculares, mejora el perfil de riesgo trombótico a través de mejoras en cifras de tensión arterial, de azúcar en sangre y de colesterol. Aumenta la capacidad funcional, (la capacidad de desarrollar un esfuerzo físico) y mejora el pronóstico vital de quienes ya padecen patologías cardiacas.

¿Para quién?

Practicar actividad física regularmente no es algo unicamente para deportistas. Los  beneficios del deporte son prácticamente universales cuando está bien prescrito y correctamente aconsejado .

Por ejemplo , un varón o mujer de mediana edad, quizá con cierto sobrepeso, y quizá sedentario/a hasta ahora. A este grupo hacer deporte le permitirá reducir su riesgo de padecer un infarto, o un ictus, disminuirá sus probabilidades de tener que tomar medicación para la tensión, la diabetes o el colesterol en las siguientes décadas de su vida, y le permitirá hacer su actividad profesional diaria con menor fatiga.

También podemos imaginar a una persona ya en la séptima u octava década de la vida, con ejercicio bien estructurado y asesorado puede mantener su capacidad de salir a pasear, de mantenerse independiente para actividades diarias, libre de un gran número de enfermedades y medicaciones, e incluso puede completar eventos deportivos si es disciplinado. En ambos casos el ejercicio es el mejor “seguro” que pueden “contratar” para mantener la salud que tienen o mejorarla.

Beneficios de la actividad física

SISTEMA MUSCULO-ESQUELÉTICO

 

Tanto el ejercicio aeróbico, como el ejercicio contra resistencias (lo que comúnmente llamamos trabajo con pesas) mejoran la densidad de los huesos y la fuerza muscular, traduciéndose esencialmente en una disminución del riesgo de caídas en personas mayores, y una disminución en el riesgo de fracturas patológicas, que son aquellas que se producen sin que medie un traumatismo de alto impacto. Esta mejoría en fuerza muscular y ósea también se traduce en una mayor independencia para actividades cotidianas y domésticas.

 

¿Para quién?

De nuevo cualquiera se puede beneficiar de estos efectos, pero los clínicos imaginamos beneficiándose de estos resultados sobre todo a mujeres a partir de los 40-50 años, cuando empiezan a aparecer caídas accidentales y aumenta el riesgo de fracturas. Gracias al ejercicio esta mujer de mediana edad podrá mantenerse independiente durante más tiempo, realizar una gran cantidad de tareas con menor riesgo de caídas, y si sufre una caída estará más protegida frente a fracturas que puedan incapacitarle durante la recuperación de dicha lesión.

 

CALIDAD DE VIDA – SALUD MENTAL

 

Realizar ejercicio físico ha demostrado en numerosos estudios asociarse con mejorías a nivel de muchos resultados que podríamos englobar en este apartado:

  • Mejor capacidad cognitiva
  • Menor riesgo de demencia
  • Menor riesgo de ansiedad y depresión
  • Mejor calidad del sueño
  • Mejor valoración de la calidad de vida

 

¿Para quién?

Para ti. Seas quien seas y estés como estés, el ejercicio tiene algo que mejorar en tu vida. No te contentes con leer que los estudios demuestran esto o aquello. Experimenta hasta que encuentres una actividad física que te llena, te entretiene, te hace sentir mejor, o te hace disfrutar de una buena compañía, y cuando la hayas encontrado alcanza una mejor versión de ti mismo/misma, y de tu bienestar a través de ella.

Redactado por Nacho Sanz, médico internista en ammma

 

¿Te gustaría empezar a practicar más ejercicio pero no sabes por dónde empezar o cómo practicarlo? 

Beneficios de la actividad física

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