Durante años, el cáncer se ha tratado principalmente con cirugía, quimioterapia y radioterapia. Pero hoy sabemos que hay algo más que puede marcar una gran diferencia: la forma física del paciente.
Sí, el ejercicio también es medicina. No es un complemento opcional, sino una herramienta eficaz para mejorar la calidad de vida, reducir complicaciones y, en muchos casos, aumentar las probabilidades de supervivencia.
¿Por qué es importante la forma física en el cáncer?
La condición física —especialmente la fuerza muscular y la capacidad cardiorrespiratoria— es uno de los mayores predictores de salud. Sin embargo, en el ámbito clínico, aún no se le otorga la relevancia que merece, lo cual resulta particularmente importante en el caso de personas con cáncer.
Un meta-análisis publicado recientemente en la revista British Journal of Sports Medicine (2025) analizó a más de 47.000 pacientes con distintos tipos de cáncer. Los resultados fueron contundentes:
📉 Las personas con mejor forma física presentaban:
✔️ Un 46% menos de riesgo de morir por cualquier causa
✔️ Un 18% menos de riesgo de muerte por cáncer

La forma física está bajando… y eso nos pasa factura
Un estudio que analizó la evolución de la capacidad cardiorrespiratoria en más de 2,5 millones de personas desde los años 60, mostró un descenso del VO₂max del 1,6% por década.
Este descenso refleja el estilo de vida cada vez más sedentario de la sociedad, algo que también afecta a quienes enfrentan un cáncer. Empezar un tratamiento con baja forma física aumenta el riesgo de complicaciones, fatiga y peor evolución clínica.

(Fuente: Sports Medicine, Lamoureux et al., 2019)
¿Cuándo empezar a moverse?
La respuesta es clara: cuanto antes, mejor.
Ensayos clínicos han demostrado que:
✔️ El ejercicio es seguro durante la quimioterapia.
✔️ Ayuda a reducir la fatiga y preservar la masa muscular.
✔️ Aumenta la tolerancia al tratamiento y mejora la calidad de vida.
✔️ Empezar antes o durante el tratamiento mejora los resultados más que esperar a después.

(Scott et al., European Heart Journal, 2023)
🟢 Antes + durante → mayor mejora
🟡 Solo después → mejora moderada
🔴 Sin ejercicio → pérdida de capacidad
¿Qué tipo de ejercicio es el más eficaz?
La evidencia lo tiene claro: el entrenamiento combinado (fuerza + aeróbico) es la estrategia más efectiva para reducir la mortalidad por cáncer.

(Fuente: Zhao et al., BMJ, 2020)
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Ejercicio de fuerza: ↓ 15%
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Ejercicio aeróbico: ↓ 29%
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Combinado: ↓ 40%
El ejercicio no es opcional, es parte del tratamiento
En Ammma entendemos la rehabilitación oncológica como un proceso integral. Trabajamos con programas adaptados a cada fase de la enfermedad y al estado de cada persona, siempre desde una base clínica y con supervisión profesional.
Porque el movimiento es vida. Y en el cáncer, puede marcar la diferencia.